Kinesiología de la Danza

Así como los músicos necesitan un total conocimiento del instrumento que ejecutan, los bailarines también deberían aprender a sentir, afinar y optimizar su instrumento de trabajo: el cuerpo.

La danza requiere una total libertad de movimiento en cada una de las articulaciones del cuerpo, así como de músculos fuertes y flexibles. El cuerpo del bailarín se encuentra sometido a exigencias físicas muy altas y a periodos de descanso y recuperación muy cortos o nulos por lo cual es fundamental un entrenamiento adecuado y específico.

El bailarín debe empezar su clase de danza, ensayo o función con su cuerpo en óptimas condiciones. Si bien cada gesto propio de la danza debe ser entrenado en repetición para lograr perfección y armonía, si partimos con el instrumento desafinado difícil será lograrlo. Por otro lado, el mínimo desvío del punto óptimo predispondrá a los tejidos a sufrir mayor sobrecarga generando distintas lesiones: desgarros, tendinitis, esguinces, caderas enganchadas, etc.

La licenciada Carolina Wejcman ex bailarina del Ballet Argentino de Julio Bocca, ha podido combinar los conocimientos de sus dos pasiones: la danza y la kinesiología. Propone orientar al bailarín ya sea en la recuperación de lesiones como en la prevención de las mismas a través de:

  • EVALUACION postural inicial para que el bailarín tenga total autoconocimiento de sus desequilibrios posturales, articulares y musculares
  • TRATAMIENTO de dichos desequilibrios y lesiones si las hay (con osteopatia y RPG)
  • ENTRENAMIENTO específico acorde a sus necesidades (maximizar las cualidades físicas)
  • PREVENCION de infinidad de lesiones de la danza aprendiendo la forma correcta de:
    • Entrar en calor
    • Elongar
    • Fortalecer el core central (faja abdominal)
    • Fase de compensación final: recuperar el punto óptimo de los músculos que trabajaron en exceso

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